Grandes Borrachos: Grigory Rasputin

Retomo después de un buen tiempo mi serie con los Grandes Borrachos, la tenía medio abandonada después de hacer reseñas sobre gente como Ernest Hemingway, Karl Marx, Wiston Churchill, Deportistas y Escritores y, por supuesto, la gran Elizabeth Bowes-Lyon, la reina madre que se tomaba una botella de gin Beefeather cada día durante décadas, hasta el día de su muerte, que ocurrió a los 102 años... de un resfriado.

Pero me faltaba el borracho más grande y célebre de todos, el incombustible Grigory Rasputin, el monje loco de la Santa Madre Rusia, tierra de hombres recios y grandes borrachos, aficionados a chupar como esponjas.

Ra ra Rasputin
Lover of the Russian queen
There was a cat that really was gone
Ra ra Rasputin
Russia's greatest love machine
It was a shame how he carried on

Un amigo ruso me comentó una vez que "no se puede confiar en un abstemio", las personas muestran su verdadero yo solo cuando están borrachos y el que no toma es porque tiene algo que ocultar. Ni que decirles que me dijo esto cuando estábamos más que pasados de copas. El otro día se lo comentaba a McDonnell, en mitad del segundo martini y me dijo que eso era puro bullshit, una de las mentiras clásicas de los alcoholicos. Y de alcoholismo McDonnell si que entiende harto, pero vaya uno a saber. La cosa es que un ruso abstemio es más raro que un perro  verde.

Pero vamos a lo nuestro, "Grigori Yefimovich Novikh Rasputín, nace el 22 de enero de 1869 o el 29 de julio de 1872 en Tumén, Pokróvskoie (Siberia). Su familia era de origen campesino y se formó por sí sólo". Así empieza la biografía del monje loco que desde pequeño aseguraba hablar con la Virgen María y predecía el futuro. Era alto y muy fuerte, aprendió a hipnotizar y usaba esta técnica para lograr que los demás siguieran su voluntad sin condiciones. Leo en "La Revolución Rusa" de Richard Pipes:

"Rasputín se regodeba en su poder. sus borracheras, su jactancia y su insolencia se hacían más escandalosas cada día. Las señoras de la alta sociedad estaban fascinadas con el bruto de ojos hipnóticos y don profético. Rasputín pertenecía a la secta de los jlisti, que predicaban que pecar reducía la cantidad de pecado en el mundo. en su residencia privada, con los siempre presentes gitanos, el alcohol circulaba libremente". Pipes agrega:

"Es más que discutible que Rasputín tuviese la potencia sexual que siempre se le ha atribuído, Un médico llamado Roman R. Vreden, que lo examinó en 1914, después que una amante celosa lo acuchillara, comprobó que sus genitales estaban encogidos como los de un anciano, lo que le llevó a preguntarse si era capaz de practicar el acto sexual; a su juicio, el problema se debía a los efectos del alcohol y de la sífilis"

Pese a todo, el desmedido apetito de Rasputín por las mujeres y el vodka fue legendario, y si no lo embocaba, por lo menos vivió de borrachera en borrachera hasta el día de su muerte, eso si está bien documentado. Hastiados del monje, la aristocrática rusa se decidió a asesinarlo y para ejecutar la conjura designaron al conde Yusupov, recién casado con una sobrina de la zarina.

En casa de Yusupov, le ofrecieron pastas de almendras y chocolate, con potentes dosis de cianuro de potasio, también vino de madeira, favorito de rasputín, con el mismo veneno. Despues de dudarlo un poco Rasputín se comió las pastas y el vino, pero no pasaba nada, medio borracho, comenzó a cantar mientras los conjurados veían con alarma que el veneno, suficiente para matar un caballo de buen tamaño, no parecía afectarlo demasiado.

Yusupov fue a buscar una pistola y volvió con ella oculta, Rasputín parecía sentirse mal pero estaba más vivo que nunca, tanto que propuso que fueran donde sus amigos, los gitanos "con Dios en la mente y la humanidad en la carne", Yusupov no se atrevía a disparar por miedo a que Rasputín fuera inmune a las balas, lo invitó a examinar un antiguo crucifijo y mientras Rasputín lo hacía le disparó en un costado y todos lo dejaron allí dándolo por muerto.

"Según sus memorias, Yusupov sintió de improviso la necesidad de ver el cuerpo de Rasputín. Este yacía inmovil y, según todos los indicios, muerto. Pero al examinar el rostro de la víctima desde más cerca, Yusupov notó un temblor en el ojo izquierdo, que se abrió y después el derecho; Rasputín lo miraba fijamente con una expresión de odio sin límites, incrédulo y paralizado por el miedo, Yusupov lo vio levantarse con mucho esfuerzo y aferrarle la garganta mientras gritaba, echando espuma por la boca ¡Félix! ¡Félix! El príncipe logró apartarse y subió corriendo a la segunda planta".

Entonces Purishkevich, otro de los conjurados, tomó un arma y bajó al salón, pero Rasputín ya no estaba allí, había salido al jardín y se arrastraba por la nieve. Purishkevich hizo tres disparos más a boca de jarro, pero solo uno dió en el blanco con lo que Rasputín finalmente quedó muerto. Quemaron sus elegantes ropas, le pusieron peso en los pies y lo arrojaron a un lago cercano.  Tiempo después la policía encontró su cadaver congelado. Su muerte fue celebrada en toda Rusia por ricos y pobres "¡Murió el perro, murió el perro!" brindaban felices los rusos.

Hemos visto en esta serie que grandes borrachos, todos han hecho grandes cosas: Churchill ganó la Segunda Guerra Mundial, Marx escribió un marmotreto, Hemingway muchos libros maravillosos, Garrincha jugaba a la pelota como los dioses, etc. etc. El propósito de esta serie es mostrar cuan valioso es ser borracho. Pero ¿que moraleja podemos sacar de la historia de Rasputín? Bueno, aparte que se sirvió a la propia zarina y pudo armar orgías con muchas damas de la corte, de esta historia podemos concluir que el que toma mucho alcohol resuta difícil envenenarlo con cianuro, lo que no es poca cosa.

 Ah, creo que más tarde me iré a comprar una maalta Morenita con las pocas chauchas que me quedan. Si se van a gastar, que tengan un fin noble. Me quedó pegada la canción de Beney M
       
There lived a certain man in Russia long ago
He was big and strong, in his eyes a flaming glow
Most people looked at him with terror and with fear
But to Moscow chicks he was such a lovely dear
He could preach the bible like a preacher
Full of ecstasy and fire
But he also was the kind of teacher
Women would desire